ESG en la era digital: los Data Centers y el riesgo del greenwashing

Lectura de 8 minutos
19/12/25

La conciencia ambiental está en la vanguardia de las decisiones de los consumidores y, por ello, el riesgo del greenwashing, término también conocido como “lavado verde”, se ha vuelto cada vez mayor, en especial en el ámbito de la tecnología de la información.

Hoy, mientras las marcas se esfuerzan por alinearse a las buenas prácticas de ESG (Environmental, Social and Governance), los clientes e inversionistas ya están más atentos a cuestiones como la neutralidad de carbono, prestando especial atención al uso de tecnologías capaces de reducir emisiones.

De hecho, con el aumento de la temperatura global cada año y la creciente escasez de recursos naturales, los detalles de esta ecuación cobran gran importancia y exigen una evaluación más profunda sobre cómo las organizaciones deben conducir sus operaciones.

En este contexto, la transparencia y la autenticidad en los esfuerzos de sostenibilidad se vuelven vitales en todos los aspectos, incluidas las operaciones de los Data Centers.

Comprender y navegar las complejidades de las emisiones de carbono y de la sostenibilidad, en especial en los Data Centers, no es tarea sencilla, pero aquí te ayudaremos a desentrañar este escenario. Lee a continuación:

Entendiendo el greenwashing digital

Greenwashing, término originado en inglés, puede interpretarse literalmente como “lavado verde” y se refiere a narrativas, acciones y campañas de marketing y tecnología engañosas – de manera parcial o total– relacionadas con la sostenibilidad ambiental. Al no corresponder con la realidad, no se sostienen en la práctica.

Esto ocurre porque muchas organizaciones comenzaron a percibir la necesidad de insertarse en el contexto de ESG, ya fuera porque el tema estaba en auge o porque debían adecuarse a regulaciones sectoriales. Así, comenzaron a divulgar pequeñas acciones que no solo no formaban parte de la cultura de la compañía, sino que además carecían de una base sólida.

Como ejemplo, se puede citar el lanzamiento de un producto biodegradable, creado para que la empresa intentara conectarse con esta tendencia, pero que en la práctica está aislado en el portafolio y tiene baja representatividad en los ingresos.

Este tipo de iniciativas suele desarrollarse con el objetivo de mejorar la percepción de los stakeholders sobre determinada marca, especialmente para atraer consumidores e inversionistas ambientalmente conscientes. Lamentablemente, aún se observan en diversos tipos de organizaciones, incluidas empresas privadas y públicas, entidades no gubernamentales e incluso gobiernos.

Hoy en día, el término ha evolucionado más allá de su ámbito inicial, abarcando un espectro más amplio de prácticas cuestionables que superan las meramente vinculadas al marketing.

La importancia de la reducción de emisiones de carbono

A medida que el mundo intensifica el foco en el combate al cambio climático, se vuelve crucial desentrañar las complejidades que rodean al greenwashing, a fin de promover la transparencia, la autenticidad y los esfuerzos efectivos de ESG.

En este sentido, comprender el papel de las emisiones de carbono en la atmósfera – que se convierten en gases de efecto invernadero responsables del cambio climático– es una de las iniciativas esenciales cuando se trata de enfrentar verdaderamente los desafíos de la sostenibilidad ambiental. Estos gases desempeñan un rol en el mantenimiento de la vida en la Tierra, pero se vuelven problemáticos cuando su presencia es excesiva en la atmósfera.

Definir metas de emisiones de carbono es, por su parte, uno de los pasos fundamentales para mitigar este impacto. Dichos objetivos demuestran el compromiso de cada organización en reducir su huella de carbono, lo que resulta esencial para el alineamiento con iniciativas como el Acuerdo de París, cuyo propósito es limitar el calentamiento global.

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¿Qué hacer para reducir estas emisiones?

Entre estos compromisos, la Science Based Targets initiative (SBTi) se destaca como una herramienta altamente efectiva, ya que sirve de referencia para evaluar la credibilidad de los compromisos de alcanzar emisiones netas cero. Al aprobar metas que cumplen con los estándares, la SBTi garantiza que las empresas vayan más allá de las declaraciones y contribuyan activamente a los esfuerzos globales contra el cambio climático.

No obstante, es importante reconocer que no existe un enfoque único para todos en el camino hacia la sostenibilidad ambiental – y aquí es donde debemos ser cautelosos en relación con el greenwashing. Se vuelve entonces imperativo distinguir entre dos estrategias: la compra de créditos de carbono y la inversión en tecnologías que emiten gases de efecto invernadero.

Si bien la adquisición de créditos de carbono ofrece una forma de compensar las emisiones, puede resultar insuficiente si no se combina con inversiones en tecnologías capaces de reducirlas activamente.

Esta distinción es vital al transitar por iniciativas de sostenibilidad, subrayando la importancia de que las empresas vayan más allá de los gestos y adopten estrategias integrales que realmente contribuyan a un futuro más verde.

ESG y transparencia en el mercado digital

A medida que las organizaciones priorizan la sostenibilidad, observamos un aumento en el establecimiento de metas de carbono, así como en la implementación de políticas de ESG consistentes y de iniciativas destinadas a ponerlas en práctica.

En este escenario, la transparencia cumple un papel esencial, sirviendo como defensa frente a cualquier sospecha de un eventual uso de prácticas de greenwashing. De hecho, garantiza la autenticidad de las afirmaciones en torno a los esfuerzos ambientales y sociales de cualquier organización.

Sin embargo, alcanzar la transparencia trae consigo una serie de desafíos. La complejidad del sector, sumada a los procesos particulares de cada empresa, con frecuencia dificulta la obtención de información clara y verificable. Este reto subraya la importancia de que las compañías busquen y proporcionen activamente datos que ayuden a clientes y demás partes interesadas a distinguir entre esfuerzos genuinos de sostenibilidad y posibles casos de “lavado verde” digital.

Cuando se trata de transitar en este terreno cambiante, la transparencia va más allá de ser una obligación corporativa. Se convierte en un elemento esencial para la construcción de confianza y para orientar el mercado hacia un futuro verdaderamente sostenible.

Reduciendo la brecha entre intención y acción

Muchas empresas están reconociendo la importancia de alinear sus operaciones con las buenas prácticas globales de sostenibilidad. Sin embargo, esta tendencia debe ir más allá de las intenciones: la clave reside en traducir esas aspiraciones en acciones concretas, estableciendo metas específicas y medibles.

Para ello, es necesario superar los compromisos superficiales, adoptando iniciativas que contribuyan activamente a los objetivos de ESG. Este principio garantiza que, en particular, el sector de TI y los gestores de Data Centers puedan ir más allá de la retórica, abordando de manera efectiva los impactos sociales de sus actividades y combatiendo el greenwashing.

Aquí, fomentar la transparencia mediante la divulgación proactiva de información clara sobre el desempeño de la empresa se convierte en la piedra angular de este esfuerzo.

Al hacerlo, los proveedores de servicios no solo construyen relaciones de confianza con las partes interesadas, sino que también neutralizan activamente los casos en los que las declaraciones podrían superar las contribuciones ambientales y sociales reales.


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Evitando el greenwashing en las prácticas de Data Centers

Para evitar caer en la trampa del greenwashing, es fundamental que los gestores de Data Centers adopten un enfoque genuinamente enfocado en prácticas sostenibles. El primer paso es establecer metas de ESG medibles, no solo alineadas con los estándares del sector, sino que también demuestren un verdadero compromiso con la minimización del impacto ambiental.

En este contexto, mantener la transparencia es esencial, lo cual debe hacerse mediante la entrega pública de información clara y verificable sobre sus prácticas, incluidas métricas de desempeño y objetivos de largo plazo. Esta conducta genera confianza entre las partes interesadas y sirve como prueba del compromiso de la empresa con operaciones responsables y ambientalmente sostenibles.

Para tal propósito, es fundamental que la organización supere la dependencia de mecanismos de compensación como los créditos de carbono. Por el contrario, debe priorizar inversiones en tecnologías que demuestren una reducción comprobada de emisiones de gases de efecto invernadero, en lugar de confiar en soluciones superficiales. Al adoptar este enfoque, se garantiza la reducción de la huella de carbono.

Además, para mantener la credibilidad y promover la rendición de cuentas, es esencial que las compañías de Data Centers actualicen y comuniquen periódicamente el progreso de sus iniciativas de ESG. Informes transparentes refuerzan la autenticidad de sus esfuerzos y contribuyen a la mejora continua de las prácticas.

Certificaciones que comprueban la conducta sostenible en Data Centers

Para combatir el greenwashing digital, también es recomendable que los clientes examinen minuciosamente las certificaciones ambientales de sus proveedores de servicios de Data Center. Estos sellos validan la dedicación de la empresa a cumplir con prácticas ambientales, sociales y de gobernanza de alto nivel, garantizando confiabilidad en la elección de un socio sostenible.

En este escenario, una de las formas más acertadas de asegurarse de que las prácticas del Data Center estén alineadas con las mejores prácticas internacionales de ESG es verificar si existen certificaciones reconocidas globalmente. Entre las certificaciones que confirman que un Data Center está comprometido a operar de manera sostenible y transparente se destacan:

  • Uptime Institute Efficient IT Certification: se centra en el uso eficiente de los recursos, con énfasis en la eficiencia energética y operaciones sostenibles;
  • LEED (Leadership in Energy and Environmental Design): certificación de construcción verde reconocida mundialmente, con criterios específicos para Data Centers. Asegura que las instalaciones sean ambientalmente responsables y eficientes en el uso de recursos;
  • ISO 14001 (Sistema de Gestión Ambiental): establece el estándar para sistemas eficaces de gestión ambiental, confirmando que un Data Center está minimizando activamente su impacto ambiental.

Al examinar estas certificaciones, podrás obtener información valiosa sobre el compromiso de tu proveedor de servicios de Data Center con prácticas sostenibles y responsables, contribuyendo a un enfoque más informado y transparente hacia el ESG en el mercado digital.


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