Revolucionando la infraestructura de datos: el papel de la autoproducción de energía 

Lectura de 9 minutos
23/12/25

En una era marcada por la expansión digital, el mundo avanza hacia un futuro en el que la demanda energética para respaldar tanto las actividades personales como las empresariales es inmensa. A medida que el consumo de energía sigue creciendo, resulta evidente que la dependencia de los combustibles fósiles ya no es sostenible.  

Es en este contexto que la autoproducción de energía emerge como una alternativa viable para responder a las crecientes exigencias de las infraestructuras tecnológicas, especialmente de los centros de datos. 

La urgencia de adoptar fuentes energéticas más limpias nunca ha sido tan evidente. Asumir esta transformación no solo asegura el porvenir, sino que también fomenta la resiliencia y la innovación en la búsqueda de soluciones frente a la escasez energética de un mundo interconectado. 

En respuesta a esta tendencia, la autoproducción de energía gana protagonismo al cubrir los requerimientos energéticos de los centros de datos, al tiempo que reduce la dependencia de las redes eléctricas tradicionales. 

En este escenario, la autoproducción consiste en generar electricidad limpia en el propio sitio mediante fuentes como los parques eólicos. Este enfoque representa un cambio en los modelos convencionales de adquisición de energía, permitiendo que los centros de datos la produzcan de manera autónoma. 

¿Quieres conocer más sobre esta transformación? A lo largo de este artículo, profundizaremos en los impactos de la autoproducción energética en los centros de datos, desde el fortalecimiento de su resiliencia hasta la disminución de su huella ambiental, mientras se impulsa la sostenibilidad a largo plazo. Sigue leyendo: 

¿Qué es la autoproducción de energía? 

Comprender el concepto de autoproducción de energía es fundamental para desenvolverse en el panorama actual de soluciones tecnológicas. En términos generales, esta práctica consiste esencialmente en generar electricidad en el propio sitio, lo que proporciona independencia frente a las redes eléctricas convencionales. 

Este giro hacia sistemas energéticos descentralizados permite tanto a individuos como a empresas utilizar recursos adecuados para cubrir sus necesidades, mientras se reduce el impacto ambiental. 

De esta manera, además de disminuir su huella de carbono, las organizaciones refuerzan su resiliencia y protegen su infraestructura tecnológica, minimizando las interrupciones en el suministro eléctrico y asegurando la continuidad operativa. 

En la práctica, la autogeneración energética emplea métodos que aprovechan recursos renovables para producir electricidad de forma sostenible. Entre los principales destacan: 

  • Energía solar: opción líder que convierte la luz del sol en electricidad mediante paneles fotovoltaicos 
  • Energía hidroeléctrica: utiliza la fuerza del agua en movimiento, como la de ríos o represas, a través de turbinas, para generar energía de manera autónoma 
  • Energía eólica: aprovecha la potencia del viento mediante turbinas 

La implementación de estas alternativas no solo respalda la sostenibilidad ambiental, sino que también impulsa la innovación y la capacidad de adaptación en la generación energética. Además, disminuir la dependencia de las redes públicas ayuda a reducir los riesgos asociados a la distribución, garantizando un suministro más estable y seguro tanto para usuarios individuales como corporativos. 

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Energía limpia: su rol en el panorama energético 

Ante el desafío del cambio climático, invertir en alternativas a los combustibles fósiles tradicionales se vuelve indispensable, ya que estas soluciones permiten una reducción considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

En este contexto, fuentes de energía limpia como la solar, eólica e hidroeléctrica se destacan por su bajo impacto ambiental, desempeñando un papel clave en la transformación del panorama energético hacia un futuro más respetuoso con el medio ambiente. 

Actualmente, la industria de los centros de datos, reconocida por su alta demanda energética, ha tomado conciencia de la relevancia de incorporar la sostenibilidad en sus operaciones. Con el crecimiento constante de las actividades digitales, estas infraestructuras requieren grandes volúmenes de energía para mantener sus funciones diarias. Por esta razón, adoptar prácticas como la autoproducción resulta esencial para reducir su huella ambiental y contribuir a las iniciativas globales que buscan enfrentar el cambio climático. 

Al enfocarse en estrategias ESG, los responsables y propietarios de centros de datos pueden fortalecer su capacidad de respuesta ante desafíos, al tiempo que se posicionan como referentes en la transición hacia un modelo energético más verde y sustentable. 

La importancia de la energía limpia para los centros de datos 

La autosuficiencia energética resulta esencial para los centros de datos, ya que incrementa la fiabilidad y la resiliencia de su infraestructura. Dado que operan de forma continua las 24 horas del día, contar con una fuente de energía ininterrumpida es fundamental. 

Con la autoproducción de energía, especialmente la eólica, no solo se optimizan los indicadores de sostenibilidad, sino que también se reducen los riesgos vinculados a fallos o variaciones en la red eléctrica, asegurando la continuidad operativa y el acceso constante a los datos. Esta mayor confiabilidad protege frente a pérdidas económicas causadas por interrupciones y, al mismo tiempo, mejora la experiencia del cliente al mantener niveles de servicio estables. 

Adicionalmente, la energía autogenerada impulsa la reducción de costos y ofrece beneficios sostenibles a largo plazo. Aunque la inversión inicial en infraestructura energética puede parecer elevada, los gastos operativos son considerablemente más bajos que los asociados a los métodos tradicionales de adquisición de energía. 

A medida que las tecnologías de energía renovable avanzan y se vuelven más eficientes, el retorno sobre la inversión en proyectos de autoproducción mejora, reforzando su viabilidad. Esta eficiencia en costos incrementa el rendimiento de los centros de datos y fortalece su competitividad dentro del sector. 


LEE MÁS: Descubre por qué los centros de datos necesitan energía renovable 


El panorama de la autoproducción de energía en América Latina 

En los próximos años, el entorno energético de América Latina estará influenciado por factores como la política, las altas tasas de interés y el envejecimiento de las infraestructuras. A pesar de estos desafíos, se prevé un incremento en las inversiones, en la medida en que la región continúa su transición hacia una electrificación más limpia. 

El análisis posiciona a la región como un actor clave en la transformación energética global, destacando su potencial en proyectos de energía verde y la abundancia de recursos naturales.  

Según el informe Energy Perspectives in Latin America, de la Agencia Internacional de Energía (AIE), los combustibles fósiles representan aproximadamente dos tercios de la matriz energética regional, una cifra significativamente inferior al promedio mundial del 80%. Este dato otorga a América Latina una ventaja competitiva en la carrera hacia las emisiones netas cero, colocándola en una posición favorable dentro del cambiante escenario energético mundial. 

De hecho, América Latina está bien posicionada para convertirse en un protagonista de la economía energética emergente. Gracias a su geografía privilegiada y vastos recursos naturales, las proyecciones económicas indican que la región podría consolidarse como un referente en generación de energías renovables hacia 2030, elevando su participación del 11% actual a un 40% en 2050. 

Brasil, Chile y México 

Países como Brasil, México y Chile desempeñan un papel esencial en la transición de América Latina hacia opciones energéticas más sostenibles. Estas naciones lideran el desarrollo de la energía fotovoltaica (PV) y la expansión de proyectos eólicos. La vasta región que abarca América Central y del Sur también posee el potencial para avanzar en la producción y exportación de biocombustibles y soluciones de hidrógeno con bajas emisiones. 

Brasil, conocido como el “gigante natural”, se destaca en el sector energético por generar más del 86% de su electricidad a partir de fuentes propias. Otros países más pequeños, como Panamá y Costa Rica, también están logrando avances significativos. 

Junto con Argentina, estos países se sitúan a la vanguardia del aprovechamiento de la energía solar y eólica. La región experimenta un incremento en las inversiones en parques eólicos, lo que abre la posibilidad de que América Latina se convierta, en el futuro, en un proveedor clave de hidrógeno a nivel mundial. 

Actualmente, existen importantes proyectos hidroeléctricos distribuidos por toda Sudamérica, incluyendo una de las represas más relevantes en la frontera entre Paraguay y Brasil. Estas infraestructuras son fundamentales para cubrir cerca de la mitad de las necesidades eléctricas de sus respectivos países, lo que sugiere un panorama alentador para el crecimiento de la energía hidroeléctrica en el corto plazo. 

Por otro lado, la bioenergía está ganando terreno dentro del panorama energético sudamericano. La región se perfila como una futura productora de hidrógeno y combustibles verdes a precios competitivos. 

Para los inversores interesados en estos mercados, es importante destacar la existencia de marcos regulatorios que integran tanto al sector público como al privado, además de agencias de cooperación internacional que impulsan el desarrollo social en México, América Central y Sudamérica. 


LEE MÁS: Data Centers verdes: eficiencia energética superior con un impacto ambiental reducido


ODATA: parque eólico propio abastece centros de datos en Brasil 

¿Sabías que ODATA está invirtiendo en energía limpia y ya abastece sus centros de datos en Brasil mediante autoproducción energética? A comienzos de 2022, la empresa firmó un acuerdo con Serena, anteriormente Omega Energía, para adquirir una participación en el parque eólico Assuruá IV (212 MW), ubicado en Xique Xique, en el estado de Bahía. 

Esta iniciativa posicionó a ODATA como el primer proveedor de servicios de centros de datos de hiperescala en América Latina en generar energía localmente para cubrir la totalidad de las necesidades de sus campus, cumpliendo con su propósito de fortalecer la infraestructura regional y mantener los más altos estándares de sostenibilidad. Desde noviembre de 2023, toda la energía utilizada por las unidades de ODATA en Brasil proviene de producción propia. 

Conocer el origen de la energía que alimenta los centros de datos es fundamental, considerando el impacto de estas infraestructuras. A medida que crece el consumo de datos y el uso de tecnologías digitales, que demandan cada vez más energía, es crucial que la industria dé prioridad a soluciones respetuosas con el medio ambiente. Para lograrlo, reducir costos y avanzar hacia fuentes más limpias es esencial. 

Como parte de su compromiso con las prácticas ESG, ODATA se enorgullece de ser, hoy en día, autosuficiente en la generación de energía para sus centros de datos en Brasil. 


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